La Cruz
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Seguramente él llevó nuestras enfermedades,
y sufrió nuestros dolores;
y nosotros le tuvimos por azotado,
por herido de Dios y abatido.
Mas él fue herido por nuestras rebeliones,
molido por nuestros pecados.
El castigo de nuestra paz fue sobre él;
y por su llaga fuimos curados.
Todos nosotros nos descarriamos como ovejas,
cada uno se apartó por su camino:
mas el Señor cargó en él el pecado de todos nosotros.
— Isaías 53:4-6†
La Invitación
¡Dios mío, Dios mío! ¿por qué me has dejado?
¿Por qué estás lejos de mi salud,
y de las palabras de mi clamor?
Dios mío, clamo por el día, y no oyes;
y por la noche, y no hay para mí silencio.
Empero tú eres santo,
tú que habitas entre las alabanzas de Israel.
En ti esperaron nuestros padres;
esperaron, y tú los libraste.
Clamaron á ti, y fueron librados;
esperaron en ti, y no se avergonzaron.
Partieron entre sí mis vestidos,
y sobre mi ropa echaron suertes.
Mas tú, Señor, no te alejes.
Fortaleza mía, apresúrate a mi ayuda.
Libra de la espada mi alma;
del poder del perro mi vida.
— Salmo 22:1-5, 18-20†
Las Cuentas Cruciformes
Cordero de Dios, tú quitas los pecados del mundo:
ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, tú quitas los pecados del mundo:
ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, tú quitas los pecados del mundo:
danos paz.
— BCP 1979, trad. 2022
Las Semanas
Jesús bebió el vino agrio, y dijo: «Todo está cumplido.»
Luego inclinó la cabeza y entregó el espíritu.
— Juan 19:30 (DHH)
Después de la séptima cuenta:
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo,
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
El Despido
Jesucristo, Hijo de Dios,
ten piedad de mí, un(a) pecador(a).
Y este es el pacto que haré con ellos
«después de aquellos días», dice el Señor:
«daré mis leyes en sus corazones,
y en sus almas las escribiré,
y nunca más me acordaré de sus pecados e iniquidades.»
— Hebreos 10:16-17
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.