La Nochebuena


La Cruz

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. 

O: 

¡Dios te salve, María! Llena eres de gracia.
El Señor es contigo.
Bendita tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amen. 

o: 

¡Dios te salve, María! Llena eres de gracia.
El Señor es contigo.
Bendita tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
El Espíritu Santo vendrá sobre ti,
y la virtud del Altísimo te hará sombra;
por lo cual también él que nacerá de ti
será llamado Hijo de Dios.
— de Ave Maria y Lucas 1:35b†

La Invitación

Venid, fieles todos,
a Belén marchemos:
de gozo triunfantes,
henchidos de amor;
al Rey de los cielos
humilde le veremos:
venid y adoremos
venid y adoremos
venid y adoremos
a Cristo el Señor.
— Adeste Fidelis

Las Cuentas Cruciformes

El pueblo que andaba en las tinieblas vió una gran luz;
a los que habitaban en la sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos.

Has aumentado a la gente;
se alegrarán delante de ti como se gozan en la siega.

Porque un niño nos es nacido,
un hijo nos es dado;
y el principado está sobre su hombro:
y se llamará su nombre Admirable, Consejero,
Dios Fuerte,
Padre Eterno,
Príncipe de Paz.
— Isaías 9:2-3, 6†

Las Semanas

Gloria en las alturas a Dios,
y en la tierra paz, buena voluntad para todos.
— Lucas 2:14† 

Después de la séptima cuenta:

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo,
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

El Despido

Mi alma proclama la grandeza del Señor.
Mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador,
que ha notado la humillación de su sierva;
desde hoy, todas las generaciones me llamarán bendita.
Dios Poderoso me ha hecho grandes obras
y su nombre es santo.
Su misericordia alcanza a sus fieles,
generación tras generación.
Desplegó la fuerza de su brazo
y dispersó a los soberbios de corazón.
Derribó a los poderosos de sus tronos
y levantó a la gente humilde.
Colmó de bienes al hambriento
y a los ricos despidió sin nada.
Ayudó a su siervo, el pueblo de Israel,
porque recuerda la misericordia prometida
a quienes vivieron antes que nosotros:
a Abrahán y a su descendencia por siempre.
— Lucas 1:46-55, de BCP1979, trad. 2022

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. 


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