Propio 7 (El tercer domingo después de Trinidad)


La Cruz

En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. 

Fuimos sepultados con Cristo y morimos,
para ser resucitados y vivir una vida nueva.
Si nosotros hemos muerto con Cristo,
confiamos en que también viviremos con él.
Sabemos que Cristo, habiendo resucitado,
no volverá a morir.  (Romanos 6:4, 8-9, DHH)

La Invitación

Bendigan al Señor, todas sus obras,
canten en su honor eternamente.
Bendíganlo, ángeles del Señor,
canten en su honor eternamente.
Bendice, cielo, al Señor,
canta en su honor eternamente.
Bendice al Señor, agua que estás encima del cielo,
canta en su honor eternamente.
Bendigan al Señor, todos sus astros,
canten en su honor eternamente. 

(El canto de los tres jóvenes 57-61, DHH)

Las Cuentas Cruciformes

Lo que les digo en la oscuridad, díganlo ustedes a la luz del día;
y lo que les digo en secreto, grítenlo desde las azoteas de las casas.
¿No se venden dos pajarillos por una monedita?
Sin embargo, ni uno de ellos cae a tierra
sin que el Padre de ustedes lo permita.
Así que no tengan miedo: ustedes valen más que muchos pajarillos.

(Mateo 10:27, 29, 31, DHH.)

Las Semanas

El que trate de salvar su vida, la perderá,
pero el que pierda su vida por causa mía, la salvará.  (Mateo 10:39, DHH.)

El Despido 

Bendeciré al Señor, porque él me guía,
y en lo íntimo de mi ser me corrige por las noches.
Siempre tengo presente al Señor;
con él a mi derecha, nada me hará caer.  (Salmo 16:7-8, DHH.)


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