Propio 8 (El cuarto domingo después de Trinidad)


Propio 8

La Cruz

En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. 

Pero escucha esto que te digo a ti y a todo el pueblo:
los profetas que hubo en tiempos pasados,
antes que naciéramos tú y yo,
anunciaron guerra, calamidad y peste.
Pero cuando un(a) profeta anuncia prosperidad,
solamente si se cumplen sus palabras
se comprueba que realmente el Señor lo/la envió.  

(Jeremías 28:7-9, DHH, alt.)

La Invitación

Oh Señor,
feliz el pueblo que sabe alabarte con alegría
y camina alumbrado por tu luz,
que en tu nombre se alegra todo el tiempo
y se entusiasma por tu rectitud.
En verdad, tú eres su fuerza y hermosura;
nuestro poder aumenta por tu buena voluntad.
¡Nuestro escudo es el Señor!
¡Nuestro Rey es el Santo de Israel! 

(Salmo 89:15-18, DHH)

Las Cuentas Cruciformes

El que recibe a un profeta por ser profeta,
recibirá igual premio que el profeta;
el que recibe a un justo por ser justo,
recibirá el mismo premio que el justo.
Y cualquiera que le da agua fresca a uno de los más pequeños,
les aseguro que tendrá su premio. 

(Mateo 10:41-42, DHH, alt.)

Las Semanas

El que los recibe a ustedes, me recibe a mí;
y el que me recibe a mí, recibe al que me envió.
(Mateo 10:39, DHH.)

El Despido 

Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre; venga tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Porque tuyo es el reino, el poder, y la gloria, ahora y por siempre.  Amén.


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