1º de Cuaresma


La Cruz

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. 

Dios de misericordia,
confesamos que hemos pecado contra ti
por pensamiento, palabra y obra,
por lo que hemos hecho
y lo que hemos dejado de hacer.
No te hemos amado con todo el corazón;
no hemos amado a nuestro prójimo como a nosotros mismos.
Sincera y humildemente nos arrepentimos.
Por amor de tu Hijo Jesucristo,
ten piedad de nosotros y perdónanos;
así tu voluntad será nuestra alegría
y andaremos por tus caminos,
para gloria de tu Nombre. Amén.
— de BCP 1979, trad. 2022

La Invitación

A ti, oh Señor, levantaré mi alma.
Dios mío, en ti confío.
No sea yo avergonzado;
no se alegren de mí mis enemigos.
Ciertamente ninguno de cuantos en ti esperan será confundido;
serán avergonzados los que se rebelan sin causa.
Muéstrame, oh Señor, tus caminos;
enséñame tus sendas.
Encamíname en tu verdad, y enséñame,
porque tú eres el Dios de mi salud.
En ti espero todo el día.
Acuérdate, oh Señor, de tus conmiseraciones y de tus misericordias,
que son perpetuas.
De los pecados de mi juventud, y de mis rebeliones, no te acuerdes.
Conforme a tu misericordia acuérdate de mí,
por tu bondad, oh Señor.
Bueno y recto es el Señor;
por tanto él enseñará a los pecadores el camino.
Encaminará a los humildes por su justicia,
y enseñará á los mansos su carrera.
Todas las sendas del Señor son misericordia y verdad
para los que guardan su pacto y sus testimonios.
— Salmo 25:1-10†

Las Cuentas Cruciformes

Y hubo una voz de los cielos que decía:
«tú eres mi hijo amado; en ti me complazco.»
Y el Espíritu le echó al desierto.
Estaba allí cuarenta días, tentado de Satanás;
y estaba con las fieras;
y los ángeles le servían.
— Marcos 1:11-13†

Las Semanas

Cristo padeció por los pecados, el justo por los injustos,
para llevarnos a Dios,
siendo a la verdad muerto en la carne,
pero vivificado en el espíritu.
— 1 Pedro 3:18

Después de la séptima cuenta:

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo,
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

El Despido

Le habló Dios a Noé, diciendo:
«he aquí que yo establezco mi pacto con ustedes,
y con sus descendientes después de ustedes,
y con toda alma de todo animal de la tierra.
No fenecerá ya más toda carne con aguas de diluvio;
ni habrá más diluvio para destruir la tierra.
— Génesis 9:8-11†

Si un sacerdote está presente, puede ofrecer la absolución. De lo contrario, el líder laico puede orar pidiendo perdón usando las palabras entre paréntesis. 

Dios omnipotente tenga misericordia de ustedes (nosotros), perdone todos sus (nuestros) pecados por Jesucristo nuestro Señor, les (nos) fortalezca en toda bondad y, por el poder del Espíritu Santo, les (nos) conserve en la vida eterna. Amén.
— de BCP 1979, trad. 2022

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. 


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